Consumo de alimentos e impacto medioambiental
- Álvaro González
- 22 sept 2020
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 10 nov 2020
RESUMEN
Actualmente, la preocupación por el cambio climático está adquiriendo mayor fuerza. Esto puede deberse, por un lado, a los efectos causados por el cambio climático y por otro lado a la conciencia adquirida por la población. El cambio climático y sus “catastróficas” consecuencias amenazan con la pérdida de biodiversidad, aumento de los incendios, deshielo, subida del nivel del mar, desertificación, etc…
Con la intención de disminuir los efectos del cambio climático, las naciones unidas propusieron la disminución de las emisiones de CO2 en el acuerdo de París (2015). A raíz de las diferentes medidas establecidas para la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, nosotros Berdezbizi hemos decidido aportar algo de información en el marco de la dietética y nutrición.
METODOLOGÍA
El trabajo realizado es una revisión bibliográfica cuyo objetivo es relacionar la dieta mediterránea con el impacto ecológico. Las bases de datos utilizadas para la búsqueda bibliográfica fueron PubMed y Google scholar.
Para realizar el trabajo, se utilizó uno de los artículos científicos como modelo para crear el esqueleto del trabajo. A continuación se añadió información de otros artículos o revistas.
“Parte de los conocimientos presentes en el trabajo, son debidos al conocimiento adquirido en los diferentes grados universitarios que han realizado los colaboradores de este artículo”
INTRODUCCIÓN
En cuanto a materia de alimentación, algunos estudios afirman que desde la década de los 60, la producción de alimentos ha aumentado un 145%. Este incremento de la producción puede deberse al aumento de la población en ese mismo periodo, teniendo en cuenta que la población mundial se ha más que duplicado, pasando así de 3.000 millones a más de 6.000 millones de habitantes (1). Este aumento de la demanda trae consigo un aumento de la producción de alimentos, siendo especialmente “destacada” en los países primermundistas. Para poder abastecer toda esa demanda la industria ha evolucionado hacia modelos de gran escala, apareciendo así lo denominado como industria intensiva.
Como ya se ha comentado, este aumento de la producción de alimentos, no se encuentra repartido de la misma manera en todo el mundo, encontrando un exceso de alimentos en los países primermundistas. Este desequilibrio en la utilización de los recursos alimentarios ha traído como consecuencia el aumento de la obesidad en los países primermundistas, desaprovechamiento de los alimentos y consecuencias medioambientales (1).
Obesidad:
Como consecuencia del exceso de alimentos, en los países primermundistas aumenta la aparición de sobrepeso u obesidad y sus comorbilidades como, enfermedades cardiovasculares , diabetes, dislipemias, etc…
Según los datos recogidos por el instituto nacional de estadística, la prevalencia de sobrepeso y obesidad en España en el año 2017 fue del 62,5% para los hombres y 46,7% para las mujeres mayores de 18 años (2).
El aumento de sobrepeso u obesidad en la población supone un grave problema de salud pública. Desde el punto de vista de la salud, el aumento del consumo de alimentos vegetales puede aportar grandes beneficios, principalmente mejorando o disminuyendo las enfermedades vinculadas a la obesidad como dislipemias o enfermedades cardiovasculares.
Figura 1: Grafico del índice de masa corporal de adultos en España (INebase, 2017)
Consecuencias medioambientales:
Como antes se ha mencionado, el problema que encontramos actualmente es el consumo exagerado de alimentos, siendo además especialmente alto el consumo de alimentos cárnicos presente en nuestra dieta. Para poder sostener esta demanda de alimentos son necesarias las industrias intensivas, las cuales requieren enormes cantidades de agua, terreno y alimento (en caso de la industria ganadera).
En este artículo, nos interesa centrarnos en la industria ganadera ya que es excepcionalmente negativa para el medioambiente. Según datos de Greenpeace, la industria ganadera es causante del 14,5% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero a nivel mundial, además del 80% de la deforestación de la Amazonia.
Es importante remarcar que esas cantidades son creadas principalmente por la agricultura intensiva, para poder abastecer a empresas de restauración.
Además de los efectos negativos mencionados, también hay otros factores como puede ser la demanda de agua. Por ejemplo, para producir 1 kg de filete de ternera son necesarios 15.000 litros de agua, mientras que para producir 1 kg de trigo hacen falta 1.300 litros o 131 para 1 kg de zanahorias.
CONSUMO DE ALIMENTOS EN ESPAÑA
Los datos que aparecen a continuación están sacados del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y pertenecen al año 2018 y 2019.
Consumo de Carne:
Figura 2: consumo de alimentos de origen animal en España (Ministerio de agricultura, pesca y alimentación 2018)
En cuanto al consumo de carne en España, encontramos que el consumo per cápita es de 46-47 kg de carne al año. Hay que tener en cuenta que estos datos son sacados de un estudio ecológico, es decir, es un tipo de estudio epidemiológico basado en la población como unidad de estudio (falta más información sobre la relación del individuo y el factor observado). Lo que significa que algunas personas comerán menos cantidad de alimentos cárnicos y otras más.
Además, se observa un ligero aumento en el consumo de carne transformada respecto a la carne fresca o sin procesar. Suponiendo que gran cantidad de la carne procesada es destinada a la fabricación de embutidos, carnes deshidratadas, ahumadas, etc… Si durante los años sigue aumentando el consumo de estos productos, puede suponer un problema desde el punto de vista sanitario y ecológico.
En cuanto al consumo de pescado observamos un consumo menor que el de la carne, aproximadamente la mitad. Mientras, las recomendaciones dietéticas, aconsejan un consumo similar entre pescado y carne de (1/1), por lo que la diferencia observada entre el consumo de pescado y el consumo de carne debería ser menor (3).
Como se puede observar, en España hay un alto consumo de leche y derivados lácteos, sumando en conjunto 4.939.909 mil Kg/L, es decir, más del doble que el consumo de alimentos cárnicos. Esto puede deberse a las recomendaciones sanitarias de 3-4 lácteos diarios para conseguir la cantidad de Calcio necesaria. Aunque este consejo dietético sea correcto y útil por su sencillez y comodidad (ya que los productos lácteos presentan un contenido elevado de calcio), el aporte de este mineral puede conseguirse a través de otros alimentos como pescados o incluso de alimentos vegetales (3).
Figura 3: consumo de alimentos de origen vegetal en España (Ministerio de agricultura, pesca y alimentación 2018)
En cuanto al consumo de alimentos vegetales, encontramos una cantidad total de 7.048.307 mil Kg. Sumando todos los grupos de alimentos de origen animal mencionados anteriormente da un total de 7.257.009 mil kg, por lo que la relación entre el consumo de alimentos de origen animal y consumo de alimentos vegetales es aproximadamente 1/1 (concretamente el consumo de alimentos de origen animal es un 2,96% mayor) (3), podemos decir que la relación es muy negativa, respecto a las recomendaciones establecidas por las entidades sanitarias.
*Aunque en los datos recogidos por el misterio falten algunos grupos de alimentos, puede apreciarse un consumo similar de alimentos vegetales y de origen animal.
DIETA MEDITERRÁNEA E IMPACTO MEDIOAMBIENTAL
Actualmente, la dieta mediterránea es cuestión de debate. El aumento del consumo de comida rápida y ultraprocesada de nuestra dieta lleva a una dieta mediterránea moderna, que se aleja mucho de la dieta mediterránea original (4). La dieta mediterránea se caracteriza por el consumo abundante de alimentos de origen vegetal, donde encontramos verduras, hortalizas, frutas frescas, leguminosas, frutos secos y cereales integrales como base principal de la alimentación. El consumo de alimentos de origen lácteo y marino es moderado, mientras que el consumo cárnico es bajo. En el caso de los lácteos, el consumo principal es de leche, yogures o quesos poco fermentados, siendo poco frecuente el consumo de quesos muy curados o muy grasos. Los pescados constituyen una importante fuente de proteínas, lípidos, vitaminas liposolubles y minerales. Por esta razón, su consumo debe ser variado, con la intención de consumir tanto pescados grasos (azules) como magros (blancos), además de diferentes tamaños. En cuanto a los productos cárnicos, encontramos un contenido bajo de manera general, priorizando el consumo de carne blanca sobre la carne roja. Por último, encontramos un pilar fundamental en la dieta que es el consumo de aceite de oliva virgen extra, que se utiliza como aliño y grasa de cocción.
Debe entenderse que la dieta mediterránea se caracteriza además de lo ya comentado por el consumo de alimentos cocinados en casa o “consumo de comida casera”. Este tipo de alimentación choca con el consumo excesivo de comida rápida presente en nuestra dieta que de manera general está repleta de envoltorios plásticos y un exceso de alimentos cárnicos. Además este consumo exagerado de alimentos requiere de la industria agrícola intensiva para poder abastecer toda la producción de la industria alimentaria.
CONCLUSIÓN
Mientras medio mundo presenta escasez de alimentos, el otro medio presenta un exceso de alimentos. Es importante destacar que en los países desarrollados encontramos un consumo excesivo de alimentos de manera general. Este exceso en el consumo de alimentos repercute en la agricultura, forzando a utilizar modelos más agresivos como la agricultura intensiva para poder abastecer la demanda.
Por si no fuera suficiente problema el consumo excesivo de alimentos y su repercusión sobre el medioambiente, actualmente encontramos un aumento en el consumo de alimentos cárnicos cuyo impacto medioambiental es mayor que los alimentos vegetales (además de la controversia presente sobre la ética del consumo de animales).
Para finalizar, es importante aclarar que no toda la agricultura presenta el mismo impacto sobre el medioambiente. El principal problema es la industria intensiva lo cual conlleva de manera masiva la deforestación, monocultivos, consumo de agua, aumento de gases de efecto invernadero, etc…
Por ello es necesario apostar por técnicas de agricultura menos dañinas como la agricultura ecológica, biodinámica, permacultura, producción integrada, etc… Además de procurar evitar el transporte de alimentos mediante un consumo del producto local o también denominado Km0.
BIBLIOGRAFÍA
Serra-Majem L, Ortiz-Andrellucchi A. La dieta mediterránea como ejemplo de una alimentación y nutrición sostenibles: enfoque multidisciplinar. Nutr Hosp 2018;35 (N.º Extra. 4):96-101.
INebase. (2017). Determinantes de salud (sobrepeso, consumo de fruta y verdura, tipo de lactancia, actividad física) . INE.
Ministerio de agricultura, pesca y alimentación (2018). Informe del consumo alimentario en España 2018. Secretaria General Tecnica Disponible en: https://www.mapa.gob.es/es/alimentacion/temas/consumo-tendencias/informemesamesalimentacionnoviembre2018_tcm30-508174.pdf
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